México es uno de los países con mayor desigualdad en la distribución del ingreso en el mundo, donde el 40 por ciento de la población vive debajo de la línea de pobreza, en tanto que el 10 por ciento más rico concentra el 41 por ciento de los ingresos, según un informe oficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos citado ayer lunes por la prensa mexicana.

Según un análisis realizado por el diario local 'Reforma' sobre cifras del 'World Factbook 2002' de la CIA, en México, el 40 por ciento de la población vive por debajo de la línea de la pobreza, índice que supera a países como Argelia, República Dominicana, Brasil, Polonia, India y Chile.
    Así, México cuadriplica el porcentaje de pobres en Irlanda y multiplica por diez el mismo indicador de Corea. Los datos de la agencia estadounidense revelan que el 10 por ciento de los hogares mexicanos con mayores ingresos concentran el 41,1 por ciento del consumo nacional. En el otro extremo, el 10 por ciento más pobre sólo consume el 1,6 por ciento. El análisis demuestra que la cantidad de pobres en este país iberoamericano contrasta con el número de ricos mexicanos que figura a nivel mundial. La lista de los hombres más ricos del mundo que publica la revista 'Forbes', que exige fortunas superiores a mil millones de dólares, incluye a 12 mexicanos, con lo que México es de los países que más nombres aporta a ese exclusivo listado.
   Sólo es superado por Estados Unidos que aporta a 242 multimillonarios; Alemania, 29; Japón, 25; Suiza, 21; Reino Unido, 17; Canadá, 14 y Hong Kong, 13, asegura la nota periodística. "Uno de cada cuatro mexicanos vive en pobreza extrema", mientras que los ricos, menos del 1 por ciento de la población total del país (100 millones de personas), "concentran más del 40 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB)", precisó Adolfo Sánchez, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
    Los más pobres de los mexicanos (40 por ciento de la población) sólo perciben "uno de cada 100 pesos (unos 10 dólares) y los ricos concentran 40 pesos (unos 4 dólares) de cada 100" a pesar de representar el 10 por ciento de la población, detalló.

Frente a este contexto, el presidente de la Fundación para el Desarrollo Sostenible en México, Bernardo Ardavín Migoni, estimó que la falta de preparación de los mexicanos para la apertura comercial provocó que las ventajas de los Tratados de Libre Comercio alcanzados por este país se quedaran en la población de mayor ingreso.
    Asimismo, atribuyó el fenómeno a que es en ese núcleo en donde se concentra el conocimiento para la exportación y para obtener beneficios de la especulación de los mercados en la Bolsa de Valores y de las tasas de interés en la Banca.
   Por su parte, el profesor de Economía y Políticas Públicas de la -Escuela de Graduados en Alta Dirección de Empresas del Tecnológico de Monterrey Alejandro Ibarra añadió que la desigualdad obedece a la falta de facilidades para abrir negocios en México.
    "También influyen la falta de educación en su gente y de la carencia de conexión en las cadenas productivas", agregó. El catedrático señaló que en México persiste una enorme disparidad del desarrollo entre la frontera norte y sur.
    Asimismo, las cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) revelan que México incrementó la desigualdad en el ingreso de su población en los últimos años.

Mientras que en 1989 el 10 por ciento de la población con menores recursos participaba con el 1,58 por ciento del consumo nacional, ese porcentaje se redujo a un 1,52 en 2000. El INEGI también revela que los 10 millones de mexicanos más adinerados, quienes en 1989 participaban con el 37,93 por ciento del consumo nacional, ya para 2000 compraron el 38,70 por ciento.
    En su estudio 'La brecha de la equidad, una segunda evaluación', la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de la Organización de Naciones Unidas (ONU), distingue en estos indicadores el riesgo de una descomposición social por la exposición de los jóvenes a información de productos (por medios electrónicos) a los que no tienen acceso.